El presidente Daniel Noboa, quien enfrenta crecientes tensiones sociales, reveló este viernes que Ecuador ha sido condenado a pagar 800 millones de dólares a la petrolera estadounidense Chevron, tras un polémico arbitraje internacional que se prolongó por más de una década.
Un golpe a la soberanía nacional
Esta decisión representa otro ejemplo de cómo Ecuador continúa cediendo su soberanía ante presiones externas, especialmente en un momento en que el país atraviesa una difícil situación económica y social.
Historia de daño ambiental sin reparación
El caso se remonta a las operaciones de Texaco (posteriormente adquirida por Chevron) en la Amazonía ecuatoriana entre 1964 y 1990, período durante el cual la empresa vertió más de 80 mil toneladas de residuos tóxicos en aproximadamente 500 mil hectáreas de territorio.
"¿Perdimos o nos dejaron perder? (...) Carondelet hoy en día es la sede de un negocio personal y familiar que vale más que la defensa del país", señaló la abogada Mónica Luzarraga.
Doble vulneración para Ecuador
Esta situación representa una doble afectación para el país: por un lado, los daños ambientales en la Amazonía siguen sin ser reparados, y por otro, el Estado deberá destinar recursos públicos para pagar a la transnacional, en un momento de severos ajustes económicos.
Impacto en las comunidades afectadas
Las comunidades indígenas y campesinas, que originalmente habían ganado un juicio que ordenaba a Chevron pagar más de nueve mil millones de dólares, ven ahora cómo el tribunal internacional ha declarado inejecutable dicha sentencia, dejándolas sin compensación por los daños sufridos.
