Bonos sociales en Ecuador: ¿Administración de pobreza o justicia social?
Análisis crítico sobre cómo los bonos sociales en Ecuador han pasado de ser instrumentos de redistribución a herramientas de contención social, perpetuando un sistema de desigualdad histórica.

Familias ecuatorianas haciendo fila para cobrar el Bono de Desarrollo Humano en una agencia bancaria
La persistencia de la desigualdad estructural en Ecuador
Un análisis crítico revela que Ecuador no es un país pobre por naturaleza, sino empobrecido por decisiones políticas y económicas deliberadas. La arquitectura de la desigualdad económica continúa perpetuando un sistema heredado de la época hacendataria, como lo demuestra la reciente controversia sobre las medidas económicas del gobierno actual.
Geografía de la pobreza y resistencia social
La pobreza en Ecuador tiene rostros y territorios específicos: desde Esmeraldas hasta Cotopaxi, desde los manglares de Canchimalero hasta la Amazonía petrolera. Esta realidad ha generado importantes movilizaciones sociales y resistencia popular, especialmente en comunidades indígenas y rurales.
El bono como herramienta de contención social
El nuevo bono Raíces, implementado tras las controvertidas medidas económicas del gobierno de Noboa, representa más una estrategia de contención política que una verdadera política de justicia social. El presupuesto asignado para 2023 supera los $1.300 millones.
Paradojas del sistema de bonos
- Se criminaliza el gasto social mientras se celebran las exenciones tributarias
- La clase media defiende ajustes que también la empobrecen
- Los derechos se convierten en dádivas mientras los privilegios se presentan como méritos
"Los bonos ya no corrigen: solo administran la pobreza como si fuera parte del paisaje nacional"
El caso histórico del Bono de Desarrollo Humano
Entre 2003 y 2008, el Bono de Desarrollo Humano demostró efectos redistributivos significativos:
- Reducción de la pobreza extrema
- Ampliación de la escolaridad
- Mayor autonomía para mujeres rurales
Sin embargo, la actual política de bonos ha perdido su capacidad transformadora, limitándose a ser una herramienta de gestión de la pobreza sin abordar las causas estructurales de la desigualdad.
Diego Saltos
Egresado de comunicación social, escribe con fe en la justicia social y el bien común.